Cutis de terciopelo


El tan deseado cutis de terciopelo ha dejado de ser un sueño para convertirse en realidad gracias a los múltiples correctores, bases y polvos disponibles en el mercado.

Escoger los tonos adecuados y una correcta aplicación son parte del secreto.

La aplicación de correctores, bases y polvos es la clave para obtener un maquillaje impecable. Al combinarlos y distribuirlos correctamente sobre el rostro, el cutis estará listo para el uso de otros cosméticos (sombras, delineadores, coloretes, labiales) con un acabado sutil y sin imperfecciones.
Hoy en día estos productos son tan versátiles, que permiten cubrir imperceptiblemente ojeras, manchas, líneas de expresión, huellas de cansancio, granos y otras fallas de la piel, además de mejorar su tono natural y aportar, en muchos casos, protección solar, vitaminas y componentes antienvejecimiento.
Aunque en el mundo del maquillaje pareciera no existir reglas, para lograr desde lo más natural hasta lo más extravagante y verse bien, además de sentido común, es necesario conocer lo básico acerca de estos productos y así sacarles el mayor provecho.

Tipos y funciones
Existe una gran variedad de correctores, bases y polvos. Los más conocidos y empleados son aquellos de cuerpo líquido o compacto y, en el caso del polvo, también los llamados traslúcidos, sueltos o volátiles. Dependiendo del tipo de cutis se recomiendan unos u otros.

Cutis graso. No es conveniente usar productos líquidos; el corrector y la base compacta, también llamada panqué, es lo indicado en estos casos porque sellan más la grasa.

Cutis seco. Los productos líquidos son ideales.

Cutis mixto. Puede combinarse, por ejemplo, la base líquida con el polvo compacto.

El toque de corrector es esencial y el primer paso del maquillaje. Con pequeñas cantidades desaparecen granos, marcas de nacimiento, venitas, ojeras y enrojecimientos. Resulta muy efectivo porque es más denso y, por lo tanto, más permanente. Lo hay en muchos colores: blanco, oscuro, rosado, dorado. Aucoin prefiere los opacos y ligeramente secos, ya que se adhieren mejor a la piel sin borrarse o perder intensidad fácilmente. Nunca debe cubrirse toda la cara con corrector, sólo las zonas afectadas.

Ya realizadas las correcciones se puede aplicar la base, que proporcionará a la piel una apariencia suave y sin grasa; si se dispone adecuadamente, debería desaparecer prácticamente. Según la ocasión, es posible obviar este paso para un maquillaje más natural, aplicando sólo el corrector seguido de polvo traslúcido o ligero.

Los polvos son el complemento perfecto de correctores y bases. Actúan como fijadores y dan un acabado mate a la piel eliminando su brillo. Compactos o traslúcidos, protegen el maquillaje y pueden ser retocados durante el día. Usarlos previamente, facilitará la aplicación uniforme del resto de los cosméticos.
Además de los ya señalados, Aucoin destaca los polvos iridiscentes, indicados para cutis graso y acabados luminosos; los polvos bronce, que proporcionan un tono dorado al rostro; y los polvos brillantes o perlados, ideales para realzarlo.
En maquillajes completos es necesario aplicar los tres productos: corrector, base y polvo, según Franklin Salomón, reconocido estilista venezolano. Sobre todo para la noche u ocasiones especiales. Durante el día su uso se flexibiliza, dependiendo de las actividades de la persona.

Tonalidades
Elegir el tono indicado de correctores, bases y polvos es, quizás, el paso más importante y el secreto del éxito en el proceso de maquillaje. Lo ideal es escoger los colores que mejor combinen con la piel, recordando que la de estas tierras no es totalmente blanca, negra, dorada o trigueña. Salomón recomienda mezclar los colores para realmente acercarse al tono natural de las latinas.

Al momento de adquirirlos no hay que olvidar:
››Comprar un tono más claro y uno más oscuro para combinarlos.
››Aunque la prueba en la parte superior de la mano es efectiva por su semejanza al rostro, si es posible, debe practicarse directamente en la nariz o la frente.
››Al momento de la elección procurar luz natural (la del día) o estar frente a un espejo bien iluminado.
››Los colores elegidos deben respetar al máximo el tono de piel, no se aclarará ni oscurecerá la tez con ellos, sólo se uniformará la superficie.
Los colores justos evidenciarán las atractivas ventajas de estos cosméticos; la idea es tapar sin que se note y, con el tono correcto, unos pocos toques serán suficientes para lograrlo.

¿Cómo aplicarlos?

Corrector. El corrector puede aplicarse en todas las áreas que se desee corregir del rostro (ojeras, marcas, venas, granos, etcétera), difuminando siempre los bordes, para luego, si es necesario, sellar con polvos.

Para colocarlo ligeramente, como es lo indicado, puede utilizarse un pincel de punta fina o las yemas de los dedos sobre las fallas detectadas. Lo conveniente es concentrarse en estas zonas, usando la suficiente cantidad para disimularlas. Una esponja de maquillaje es muy útil al momento de difuminar, extender o eliminar cualquier resto del producto.

En la zona inferior de los ojos, que generalmente tiende a azul o violeta, los colores rosa tienden a dar un tono grisáceo, por lo que Aucoin sugiere los de base dorada, que contrarrestan mejor las ojeras proporcionándoles un aspecto más natural.

El corrector, además, es útil para aclarar o diluir la aplicación de otros productos como sombras y coloretes líquidos o en crema, y pinturas de labios. Asimismo, es indicado para tapar las odiosas marcas de trajes de baño, seguido de polvos sueltos que reducen su espesor.

Base. Cuando es líquida, la base puede aplicarse con una brocha, una esponja o con las yemas de los dedos. Lo usual es colocar pequeños puntos del producto en la frente, ojeras, mejillas y mentón, para después extenderlos con movimientos rápidos, circulares y ascendentes, preferiblemente con los mismos dedos o una esponja de látex seca.

Cabe destacar que los maquillajes grasos deben agitarse antes de ser utilizados porque tienden a disgregarse. Añadirles unas gotas de astringente ayudará a hacerlos mate disminuyendo la grasa.

El panqué o base compacta se aplica con una esponja mojada, que al humedecerla, debe correr fácilmente sobre el producto, para luego motearlo sobre el rostro y difuminar.

Salomón señala que la difuminación es un paso esencial para culminar correctamente la aplicación. Recomienda utilizar el dedo más suave de la mano, humedeciéndolo si es necesario, para eliminar y uniformar rayitas en el cutis sin diluir la base.

Según los expertos, abarcar cuello y orejas es lo indicado para un resultado más natural, evitando límites notorios en el contorno de la cara y diferencias de colores. Incluso, en algunos casos, el maquillaje puede extenderse hasta donde llegue el escote de la vestimenta. No hay que olvidar que su mala aplicación o la aplicación en exceso darán un aspecto artificial y pesado a la piel.

Polvo. El polvo compacto se aplica con una esponja seca, moteándolo sobre el rostro para sellar las correcciones y la base aplicada. No es recomendable que la esponja sea aterciopelada, ya que suele soltar demasiado polvo y absorbe el maquillaje manchando y veteando la piel.

Los compactos son perfectos para retocar durante el día, pero hay que tener cuidado con el exceso en su aplicación, porque envejece acentuando las líneas de expresión.

El polvo traslúcido o volátil se aplica con una brocha ancha, sacudiéndola para evitar una distribución irregular. Usarlo en el puente de la nariz y debajo del labio inferior destacará sutilmente el acabado de estas zonas según Aucoin, así como debajo de los ojos recogerá la sombra y el rimel que se desprendan al momento del maquillaje, para luego eliminarlos fácilmente con la brocha.

Retocar el maquillaje es un hábito frecuente y necesario durante el día, y para hacerlo sólo basta con motear polvo compacto o traslúcido —colocando un tono más claro debajo de los ojos— sin aplicar nuevamente la base. Con polvos ligeros y finos se puede retocar cuantas veces se requiera para disipar brillos sin marcar el rostro. Nunca se debe colocar base sobre base para no empastar ni recargar. El consejo de los profesionales es eliminarla completamente y volver a maquillar si es necesario.



PARA NO OLVIDAR
››Si se utiliza diariamente un maquillaje completo, debe invertirse en productos de buena calidad para no dañar el cutis. Existen diversas opciones ajustadas a cada bolsillo.

››Si se usa protector solar o ampollas para las líneas de expresión, es recomendable aplicarlos una hora antes del maquillaje para no afectar la colocación uniforme de bases y polvos.

››Al hacer ejercicios o estar en la playa no conviene utilizar estos cosméticos, pues al transpirar pueden sellar los poros y provocar acné. El uso de brillos labiales y máscara de pestañas es la opción para estos casos.

››Es preciso remover el maquillaje antes de ir a la cama. Las toallitas desmaquillantes facilitan la tarea sin maltratar el rostro, así como otras múltiples opciones disponibles en el mercado. Usar agua y jabón neutro, posteriormente, es obligatorio para eliminar restos.

››En pieles jóvenes no hay problema con la aplicación frecuente de bases y polvos. A partir de los 40, cuando hay arrugas finas, se recomienda aplicar corrector en los surcos y una capa delgada de base líquida —que puede diluirse con unas gotas de crema humectante— o polvos traslúcidos en el resto de la cara. Después de los 50, lo aconsejable es aplicar un corrector cremoso seguido de polvo ligero, o colocar base líquida por zonas (nariz, mentón, frente).


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