Tomar al menos tres tazas de té verde o negro cada día puede ayudar a reducir significativamente el riesgo de sufrir algún tipo de accidente cerebrovascular.
Así lo informa un nuevo estudio realizado por profesionales de la Universidad de California (EEUU), y publicado en la edición online de revista "Stroke: Journal of the American Heart Association".
Los investigadores concluyeron una revisión de todos los estudios observacionales sobre el accidente cerebrovascular y consumo de té. En concreto encontraron nueve estudios que describen 4378 infartos sufridos en un grupo de 195.000 personas.
"Lo que vimos fue que había conclusiones estadísticas de apreciable magnitud", afirma Lenore Arab, profesor de Medicina en la Universidad de Los Angeles.
"Al beber tres tazas de té al día, el riesgo de sufrir un derrame cerebral se reducía en un 21%. No importaba si este era té verde o té negro."
Y si se siguen extrapolando los datos, el efecto parece ser lineal e incremental: otras 3 tazas más y el riesgo vuelve a caer otro 21%.
Este efecto se comprobó al tomarse el té hecho en base a la Camellia sinensis, y no en diversos té de hierbas.
Aunque aun hay pruebas concluyentes de que cuales los compuestos del té son los responsables de este efecto, los investigadores especulan que el antioxidante EGCG o la teanina puedan ser algunos de los que ayudan a lograr estos efectos preventvos
Así lo informa un nuevo estudio realizado por profesionales de la Universidad de California (EEUU), y publicado en la edición online de revista "Stroke: Journal of the American Heart Association".
Los investigadores concluyeron una revisión de todos los estudios observacionales sobre el accidente cerebrovascular y consumo de té. En concreto encontraron nueve estudios que describen 4378 infartos sufridos en un grupo de 195.000 personas.
"Lo que vimos fue que había conclusiones estadísticas de apreciable magnitud", afirma Lenore Arab, profesor de Medicina en la Universidad de Los Angeles.
"Al beber tres tazas de té al día, el riesgo de sufrir un derrame cerebral se reducía en un 21%. No importaba si este era té verde o té negro."
Y si se siguen extrapolando los datos, el efecto parece ser lineal e incremental: otras 3 tazas más y el riesgo vuelve a caer otro 21%.
Este efecto se comprobó al tomarse el té hecho en base a la Camellia sinensis, y no en diversos té de hierbas.
Aunque aun hay pruebas concluyentes de que cuales los compuestos del té son los responsables de este efecto, los investigadores especulan que el antioxidante EGCG o la teanina puedan ser algunos de los que ayudan a lograr estos efectos preventvos
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